Los grandes hombres no nacen siendo grandes, crecen para ser grandes. Es una frase de la película El Padrino, y está en todo lo cierto, debemos aprender, crecer y mejorarnos para elevar nuestra calidad de vida.
El término “Desarrollo personal” es controvertido y objeto de críticas por algunos sectores de la sociedad. Algunos señalan los peligros de una pseudociencia donde los charlatanes encuentran su lugar para obtener un jugoso beneficio económico. Sin embargo, también hay quien señala los beneficios del “desarrollo personal” para enfrentarnos a nuestras fobias, combatir la depresión y en definitiva, mejorar nuestra calidad de vida.
La primera persona en introducir el desarrollo personal, fue Abraham Maslow (1908-1970), quien incluyó en su definición una jerarquización de las necesidades en forma de pirámide, ubicando las mismas en relación a sus prioridades en la vida personal. En este enfoque, Maslow ubica en el vértice superior a las necesidades de realización personal o realización de sí mismo, definido como el deseo y la aspiración.
Existen infinidad de libros sobre el desarrollo personal, desde como pensar en grande y alcanzar nuestras metras, reprogramar nuestra mente, como mejorar el autoestima o pasos para tener una actitud positiva. Hay quienes prefieren los mantras o la repetición de frases de éxito, dormir con música o meditar.
El punto es que hay muchas personas que lo han puesto en práctica y aseguran ser una mejor persona, ganaron confianza, levantaron la autoestima. Aprendieron a salir de su zona de confort, a dejar atrás las quejas y pasar a la acción para cumplir sus metas. Incorporaron hábitos saludables y eliminaron aquellos que no lo eran.
Sea cual sea la técnica o método que utilicemos es importante seguir aprendiendo y creciendo, y sobre todo y lo más importante es que lo que aprendamos lo pongamos en práctica, no va a haber ningún cambio si no somos determinantes y constantes.
Para construir el soporte interno que nos va a permitir enfrentarnos a las situaciones y a los problemas de nuestra vida diaria y mantener esa constancia, será necesario tomar decisiones difíciles, asumir una postura o determinado punto de vista y decidir la mejor elección. Si queremos bienestar en nuestra vida tendremos que plantearnos la siguiente pregunta de vez en cuando: “¿es aquí donde quiero estar?”.
Por lo tanto, el camino del desarrollo personal no es ni más ni menos que el camino hacia el bienestar, hacia el lugar en el que quiero estar
El desarrollo personal es una habilidad como cualquier otra. Puede ser adquirida con práctica y tiempo. Para nuestras vidas, puede traer múltiples ventajas y beneficios. Empecemos a desarrollarnos y mejorar personalmente e influenciar a otros.